A la hora de escoger un fotoprotector es importante considerar diferentes factores para asegurarte de que obtienes una protección adecuada contra los efectos nocivos del sol.

  • SPF (Factor de protección solar)

Indica el nivel de protección contra los rayos UV.  Se recomienda usar un SPF mínimo de 30 para proporcionar una protección adecuada. El SPF 50 es preferible para pieles sensibles o exposiciones prolongadas al sol.

  • Protección de amplio espectro

Asegúrate de que el producto ofrezca una protección contra los rayos UVA (contribuyen en el fotoenvejecimiento prematuro y cáncer de piel) y UVB (causan quemaduras solares).

  • Tipos de filtros

Existen dos tipos de filtros solares: los filtros físicos (o minerales) y los filtros químicos (u orgánicos).

Los filtros físicos forman una capa protectora sobre la piel que refleja y dispersa los rayos UV, actuando como barrera física y evitando que los rayos penetren en la piel. Actúan rápidamente sin tener que esperar a que se absorben y no provocan irritaciones en la piel, por lo tanto, son ideales para personas con la piel sensible y para infantes.

Los filtros químicos absorben los rayos UV y los convierten en calor, mediante una reacción química que los neutraliza, y es liberada de la piel. Requieren de unos 15-20 minutos después de la aplicación para ser efectivos, ya que se tienen que absorber.

  • Resistencia al agua

Es vital para garantizar una protección continua y efectiva contra los rayos UV durante actividades que impliquen exposición al agua o al sudor.

  • Tipos de piel

Selecciona un producto adecuado para tu tipo de piel.

Para las pieles grasas es preferible un fotoprotector con activos no comedogénicos y libres de aceites que eviten que se taponen los poros, mientras que para las pieles secas es mejor optar por un producto con activos hidratantes para evitar la sensación de tirantez de la piel.

Te aconsejamos aplicar una cantidad generosa de producto para asegurar una cobertura completa y efectiva, y asegúrate de distribuirla de manera uniforme para evitar áreas desprotegidas.

Aplica el fotoprotector cada dos horas y/o después de nadar, sudar o secarse con la toalla.

Recuerda que, desde tu farmacia, podrán asesorarte desde el primer momento y ayudarte a escoger la solución que mejor se adapte a tus necesidades.